“Hace muchísimo tiempo, existía algo desprovisto de nombre
y de forma desconocida que ocultaba el cielo y la tierra.
Al verlo los dioses, lo agarraron comprimiéndolo contra
el suelo, con la cara hacia abajo. Una vez arrojado al
suelo los dioses lo retuvieron pegado a este. Brama hizo
que los dioses lo ocuparan y lo llamó vastu purusha
mandala”
y de forma desconocida que ocultaba el cielo y la tierra.
Al verlo los dioses, lo agarraron comprimiéndolo contra
el suelo, con la cara hacia abajo. Una vez arrojado al
suelo los dioses lo retuvieron pegado a este. Brama hizo
que los dioses lo ocuparan y lo llamó vastu purusha
mandala”
Javier Fernández Razo
Antiguo texto hindú
Para muchos, los mandalas son expresiones esotéricas, sin embargo su significado y origen esta más allá, los mandalas son el intento del hombre por manifestar lo abstracto a través de lo concreto por medio del orden y la unificación. En el hinduismo, en el tantra budista y en el budismo esotérico, el mandala es un diagrama cosmológico utilizado como foco y guía de la meditación.
Mandala en sánscrito, quiere decir círculo y es mediante esta forma con la que se pretende expresar el todo conocido, desde lo más mundano hasta lo más divino y espiritual, el mandala es pues una representación circular a modo de contenedor de un espacio sagrado, es un símbolo-objeto en el que la dispersidad queda concretizada. El hombre ha utilizado desde siempre el mandala como medio e instrumento para relacionarse con la realidad, para comprenderla y ordenarla; entendamos por realidad todo aquello que podemos percibir, intuir y comprender. Un ejemplo de ello es el yin yang en el que se expresan todas las dualidades como femenino y masculino o positivo y negativo u otros símbolos conocidos que poseen gran significado como la cruz suástica, la rosa de los vientos, etc.
Reloj o perfecta sincronía

Construir en mandala es la acción de organizar todos los elementos para que se interrelacionen creando un todo geométrico. Pero la utilización del mandala no es únicamente un esquema cosmogónico exclusivo de la tradición oriental. Aunque mandala sea una palabra de procedencia hindú su significado es círculo y lo que a él se refiere, quiere decir orden equidistante y generador de todas las formas geométricas sin importar el lugar y el tiempo donde se realicen.
En el neolítico cuando el hombre deja de ser nómada y adopta la vida sedentaria, tiene el suficiente tiempo para observar el comportamiento de la naturaleza y tiene la necesidad de representar su conocimiento en forma de mandala. Un ejemplo muy claro es el de Stonehenge, en donde se puede ver claramente la disposición circular de los megalitos representando la cosmovisión de este periodo.
El mandala desde el punto de vista geométrico, es el origen de todo lo posible. El círculo es la figura más simple, y su comprensión requiere de un alto grado de abstracción del espacio, dentro de él podemos “labrar” cualquier otra figura.
Los mandalas tradicionales de la cosmovisión budista, tienen laberintos e infinitos algunas constantes, por ejemplo: todos ellos parten visualmente de un origen llamado “bindu” y están conformados de las figuras más simples, como el círculo, el triángulo equilátero y el cuadrado que poseen un ritmo visual que se refiere a la posición que tienen en el plano de dibujo, por supuesto equilibrio (tiene la misma cantidad de elementos visuales partiendo de un eje de simetría) y la sensación de gravedad; al ser instrumentos guías de la meditación se pueden leer (desde el punto de vista del diseño) de dentro hacia fuera y en sentido contrario.
Cuando en la Grecia se concibe la noción de proporción perfecta, de todas sus partes y del todo, se comienzan a crear reglas geométricas de proporción como la llamada sección áurea la cual es considerada como un mandala. La forma gráfica de poder ver esta relación, es la que diseñará Leonardo Da Vinci en su dibujo de las proporciones divinas.

En conclusión, los mandalas son la consecuencia última del intento del hombre por imitar a la naturaleza en sus patrones de orden, mediante la armonía, el equilibrio y la unificación; dando forma a la realidad, la cual puede ser comprendida desde el centro de la misma, es decir, desde el “bindu” o del interior de quien la percibe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario